Tener esta sensación tan clara: algo tienes que hacer.
Repasar uno a uno todos los hechos, toda la historia; avergonzarse al acercarnos a ella y avergonzarnos aún más por todo el tiempo que decidimos ignorarlo. Sonreír por todos aquellos pocos números en la suma que tuvieron su pequeña victoria, algunas se rieron en la cara de los grandes, lucharon y ganaron... Algunas sobrevivieron. Muchas no.
Entre aquellos que decidieron hacerse con control de tan "pequeño" mundo (porque parece que no hubiese suficiente para todas) algunos murieron... Otros cuantos no. Algunos fueron a la cárcel y posiblemente otros muchos no fuesen juzgados. Quizá pudiesen tomarse unos cuantos cubalibres después.
La fabulosa Historia de la Hegemonía del Hombre.
¡Y todas nosotras englobadas!¡Y sin poder comprarnos un viaje a Marte! Qué horror.
Encender una vela por cada sonrisa que pudieron sacarme esas pequeñas victorias, porque mucho sucedió y aún queda. Tomar una decisión: hay que luchar.
Abrir tu mente, empatizar e intentar comprender... Y quizá dejar de banalizar asuntos verdaderamente importantes. Lo sé, es muy fácil pensar que ya lo conocemos [ya lo sabemos todo], muy cómodo ni tan siquiera escuchar otro punto de vista que no nos ayude a alimentar nuestro propio ego. A veces es tan jodidamente relajante dejarse caer en el lado del opresor, del privilegiado, del hostigador.
Cada vez que hacemos oídos sordos muere un gatito de Youtube.
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