Estoy enamorado de las chicas que salen corriendo en los
pasos de cebra cuando el semáforo se pone rojo. Entendámonos: no es que
la polla se me ponga dura ni nada de eso, no soy ninguna especie de de
pervertido o fetichista. Me resulta,
simplemente… Gracioso. Verlas correr, graciosísimas.
Claro está,
hay una gran variedad. Algunas de ellas lo hacen de una manera totalmente
infantil, otras parecen grandes atletas; algunas de ellas tienen un culo
respingón, otras no tienen un gran culo ni nada de eso –pero en ese caso, igual
pudieran tener algún otro atributo, a ver si me entienden-. A mí me gusta mucho
cuando se hacen una coleta, y salen corriendo; personalmente, que se corten el
pelo hace que pierda parte de la gracia. Me parto si llevan minifalda, porque
hacen todo lo posible por taparse el trasero y que no se les vea nada; yo
siempre pienso: <<pues chica, sino quieres que se te vea, no salgas
corriendo>>. Es un fallo que igualmente les perdono, porque eso sólo hace
que les coja más cariño –a veces pienso si lo hacen a conciencia-. A veces te
las cruzas de frente y ves como se ríen mientras corren, preciosas. Cuando
tienen unos ojazos, o una nariz muy graciosa… Y las ves ahí, ¡corriendo!
Pero, sin
lugar a dudas, lo que más me gusta de las
chicas que salen corriendo en los pasos de cebra cuando el semáforo se pone
rojo, definitivamente, para siempre jamás, hasta que me muera, será,
claramente…
¡Cuando se tropiezan!
Comentarios
Publicar un comentario